
“En lo que va de 2012, apenas el 0,2% de los teléfonos ingresados al país cuentan con capacidad para sintonizar TDT. Esto equivale a 11.000 equipos (sobre 6,5 millones). El año pasado fueron unos 10.000 en todo el año”, me respondió Enrique Carrier, uno de los consultores que más sabe sobre el mercado argentino de la movilidad. Para la nota sobre la Televisión Digital Terrestre (TDT) que publicó La Nación, “TV digital, la pantalla que no miramos”, también le pregunté su opinión general sobre el despliegue de la TDT (o TDA, Televisión Digital Abierta), y me remitió a este post de su blog Comentarios (que recomiendo vivamente). Me permito reproducirlo aquí con los links correspondientes.
Esta semana el gobierno nacional convocó a operadores de telefonía móvil y fabricantes de dispositivos (no a las marcas) con el fin de instarlos a presentar planes para ofrecer celulares que sintonicen TDT. Si bien la tecnología adoptada por Argentina contempla en forma nativa su utilización desde equipos móviles, la incorporación de ésta en los celulares no está exenta de desafíos.
El pedido presenta obstáculos para la fabricación por diversos motivos. Desde el punto de vista estrictamente técnico, no es sencillo agregar la electrónica necesaria para sintonizar TDT (chips y antena) a un equipo que no fue diseñado para ofrecerla. No sólo por las dimensiones de los equipos actuales (donde no sobra el espacio físico) sino también porque los convocados son fabricantes, no diseñadores. Amén de esto, habría que ver si en sus contratos de fabricación están autorizados a alterar los diseños originales. Así, la opción lógica sería producir en el país modelos que ya hubieran sido diseñados originalmente para incorporar esta capacidad. Pero esto dejaría de lado no sólo a los modelos existentes sino también a la gran mayoría de las marcas que operan en el país. Es más, quizás exija la fabricación de modelos de marcas que no operan actualmente a nivel local.
Por otra parte, y desde una perspectiva más práctica, un celular reproduciendo TDT vería como su batería se evapora en poco tiempo, al necesitar energía para mantener el flujo constante de información así como para alimentar la pantalla del dispositivo, uno de los componentes más demandantes en términos de energía de un celular.
En cuanto a los hábitos, por más atractivo que resulta desde el punto de vista tecnológico poder ver TV en el celular, el modelo de broadcasting de la TDT va en contra de las tendencias en el consumo de video: amplia variedad de contenidos y consumo bajo demanda. Ninguna de estas posibilidades las puede ofrecer la TDT. Se trata de una forma de transmisión que no es la más indicada en situación de movilidad.
La prueba de lo difícil del matrimonio entre la TV y los móviles está en que así como unos años atrás la industria apostaba algunas fichas a la TV móvil, hoy, y luego de varias experiencias fallidas, es un concepto que junta polvo en el arcón de las causas perdidas.
Dicen que la política es el arte de lo posible. En este caso, se necesitará de muchísimo arte.
FUENTE: http://mediaandentertainmentobservatory.wordpress.com
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Sobre Apps móviles


En este escenario, resulta natural comprobar que el uso del mail decrece con la edad, siendo utilizado por 86% del segmento senior (mayores de 50 años) y descendiendo hasta el 33% entre los adolescentes. Para este último grupo, el mail es más una identificación (necesaria para tener una cuenta en Facebook o Twitter) que un servicio en sí mismo.
Por el lado de Facebook, no sólo es altamente popular en los segmentos más jóvenes sino que se ha convertido en una importante razón para renovar los equipos, al ser mencionado por uno de cada cuatro usuarios que planea hacerlo en los próximos 12 meses.
Si bien tanto Facebook como el mail suelen venir preinstalados en los celulares actuales,prácticamente la mitad de quienes consumen datos han descargado alguna aplicación en los 3 meses previos al relevamiento. La gran mayoría, 85%, descargó desde la tienda del Sistema Operativo (AppStore, Google Play, AppWorld, Nokia Store), lo que significa que, aunque lo intentan, no son los operadores quienes captan esa demanda.
A pesar de la gran cantidad de usuarios que realizan descargas de aplicaciones, se trata de un negocio difícil. Apenas el 13% pagó por una de éstas. El resto, solo descargó aquellas que son gratuitas.
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TVolución

El nivel socioeconómico no es una variable determinante para esta práctica, obteniéndose una proporción de consumo de video vía Internet muy similar en todos los segmentos. No obstante, sí puede observarse una clara correlación con la edad, siendo mayor la proporción de consumo de contenido en video proveniente de la red en la medida en que desciende la edad del usuario. Esto marca un cambio estructural en los hábitos de la demanda que sin dudas adelanta escenarios radicalmente distintos. El modelo actual de TV está entrando en crisis.

Estos contenidos son reproducidos en gran medida en la PC (94%) aunque surgen otros dispositivos. Detrás de ésta está la TV, cuyo uso crece con el NSE, llegando al 22% en el caso de los ABC1, frente al 16% de la media. La misma tendencia, aunque con una penetración mucho menor, se da en el caso del uso de tablets como dispositivo de reproducción. Por su parte, el uso del celular para reproducir videos es claramente más popular entre los nativos.
Viendo estas cifras, y considerando que se trata de una tendencia que comienza a manifestarse con más fuerza entre los segmentos más jóvenes, se hacen imperiosos los cambios en la oferta de contenidos, algo que va más allá del operador de TV (gratuita o paga) para llegar hasta los productores y tenedores de derechos, quienes deberán adaptar su oferta a un escenario muy distinto al de AI (Antes de Internet).
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Inflación de datos

Por el momento la demanda de los paquetes de datos se concentra en los segmentos socioeconómicos altos y medios y en los segmentos de menor edad (adolescentes y jóvenes), donde alcanza o supera el 50% de penetración.
Por otra parte, resulta interesante observar que 1 de cada 5 usuarios que consumen datos desde el celular no utilizan la red móvil sino que se conectan vía WiFi. El uso exclusivo de WiFi sube en la medida en que baja el NSE, es más alto en el segmento adolescente y, naturalmente, es más popular entre los usuarios con líneas prepagas. No obstante, la mitad de los usuarios de datos usa WiFi, con lo cual se trata de no exceder los límites de tráfico de los abonos (cuando los hay) así como de acceder a la mejor performance de esta tecnología respecto de la celular.

El uso de WiFi desde el celular no llama la atención si se tiene en cuenta que en el 2011, el 42% de los equipos vendidos contaba con esta capacidad. Y la relación subió al 60% en el primer semestre de este año. Pero más que quitarle ingresos a los operadores (como se temía inicialmente), las redes WiFi actúan como “canal aliviador” de la creciente demanda por datos desde el celular.

El mayor consumo de datos se refleja también en la suba del gasto promedio por línea. Si bien el gasto medio subió en línea con la estimación privada de inflación, en el caso de los usuarios con abonos de datos el aumento promedio fue del 41%.
Con semejante avance en el consumo de datos desde el celular se hará cada vez más evidente la necesidad de aumentar la capacidad de las redes. Esperemos que tomen nota. Mientras tanto, habrá que agradecer que existe el WiFi.
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